jueves, 4 de octubre de 2007

Notas de Melancolía


1


La melancolía pasea sobre el caracol de la tarde. Un crucifijo invisible en su mano baila frente al icono- calendario, mientras observa en su silencio a los minutos descalzos que corretean siempre como niños.
En sus ojos la incertidumbre va tomando abrigo, el cansancio la abraza y, las penas se acurrucan sobre cada uno de sus hombros.

Necesita un andamio para levantar los ojos, una estrella despierta que le alumbre las noches, un café suicida que muera a cada sorbo, que bese sus labios. Mientras espera no se que color que pinte sus tardes tan llenas de gris.

Yo la miro y muero con ella en cada sorbo. Mi alma se angustia porque conozco el precio de su paz y su delirio.

Ella me mira y al verme, su boca dibuja un arco, esboza una sonrisa hacia mi mesa a la distancia, pues yo he sido el testigo mudo y silencioso de su tarde.

_ Es tarde - dice- (y los niños minutos danzan ahora en círculos violentos).


_Es tarde -repite nuevamente-.

Tarde para ti. Tarde para todo.

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